viernes, mayo 30, 2008

orpheus

Orfeo se la juega en el averno. Baja por Eurídice a Hades, por ella monta en la barca de las ánimas, cruza a tierras tártaras, moriría por su amada, claro que lo haría. Monteverdi compone un lamento que hoy recuperan Les Arts Florissants. Y yo quería escribir sobre el sollozo exquisito de las cuerdas barrocas, y sobre el ansia de bajar al infierno en busca del amor, o sobre la espera inquieta del purgatorio, pero mi vena late y doy vueltas. La rivalidad mundana se interpone entre mi Orfeo y su Eurídice. Una brecha de sangre y merthiolate me obliga a poner las cosas en su sitio. Me arden los puños. Me duele el averno. Confío en que Apolo abrirá estos cielos.

2 comentarios:

tantomundo dijo...

me gusta. rescato lo de poner las cosas en su sitio. el merthiolate. me gusta. ya lo dije. no importa.

Cloe dijo...

la brecha se une y se limpia con merthiolate,
las heridas sanan cuando los bordes están en su sitio, gracias doble EME

lori