ayer, cuando le pedí el jengibre, mi verdulero colombiano me dijo que el jengibre (zingiber officinale) era probadamente afrodisíaco... que los hombres no dejaban dormir a sus mujeres si tomaban jengibre en la comida. que lo mejor era un tecito, una infusión con la raíz bien hervida. lo dijo con gestos de macho del sur. y yo redoblé la apuesta: "cuando tenga novio, herviré el jengibre; mientras tanto, se lo pongo al pollo", le dije. y el macho caribeño enmudeció. me iba riéndome y pensando en cómo la provocación deja helados a los hombres más bocazas, cuando recordé que el jengibre se llama ginger, en inglés, e Ingwer, en alemán, (Ingwer, con mayúscula, porque todos los sustantivos se escriben con mayúscula en alemán). pero cuando llegué al Ingwer me asaltó la contraprueba: comí Ingwer aquella noche, los dos comimos ginger en la receta británica y no surtió ningún efecto. estoy por ir al colombiano a pedir que me devuelva los ochenta céntimos de la raíz mentirosa.
1 comentario:
Es que el colombiano no sabìa que el ni el jengibre ni los mariscos son afrodisiacos... sólo es Deseo, las ganas y el gusto por el otro...
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