domingo, octubre 01, 2006

demasiados obstáculos para alcanzar hoy el horizonte

"Trop de obstacles aujourd'hui pour gagner l'horizon", canta Dominique Ané a mi oreja entusiasta (en esos términos agradece el músico las oreilles de los atentos).
Anoche fui por su disco a la Gran Vía, por él y por unas bravas jazzeras a las que también les presto oreja entusiasta, mientras sigo al pie de la letra la terapia de desensibilización que prescribe una temporada sin música en castellano.
Hace un tiempo, alguien eligió y encargó para mí uno de esos trabajos medio inalcanzables, sólo editado en Francia. Me dedicaron Françoiz Breut. Fue ella ("Une saison volée") la que terminó llevándome, por recomendación y asociación de un amigo melómano, hacia su ex Dominique A, a "L'horizon" de Dominique A.
Y aquí estamos con Dominique, ya sin Françoiz, mientras una sentencia se presenta completa, para ser escrita urgente, con delineador de ojos, en los márgenes del diario de ayer... Ésta soy yo, la imposibilidad de los vivos, orgullo de los muertos.
Entretanto, y para esperanza de los vivos, la guitarra de Dominique A sortea los obstáculos de la poesía, y el músico deja la última línea a la fe: "C'est lui qui vient à toi; il est là: l'horizon".
Es él, el horizonte, el que vendrá a ti.



Elegí una calle del Barrio Latino para ponerle clima a este elogio del francés del trip-hop acústico.

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