jueves, octubre 26, 2006

tokio


He salido de casa tan decidida esta mañana que, de camino al trabajo, he entrado en una librería llamada Modesta (vaya paradoja), he pedido un libro de Haruki Murakami y me lo he llevado sin bolsa.
Tan dueña me sentía de mi vida, esta mañana, que elegí a un japonés para arrancar el día.
Murakami en mano, he tomado un café, me he dejado halagar por el indiscreto rubor del chico y me he ido a Tokio.
También allí he dado contigo.

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