
No sólo incertidumbre. El abismo es también la proyección de este edificio de cristal sobre nuestro espejo, bajo nuestros pies. Es nuestra libertad para caminar en el aire, amándonos en nuestro espejo, refractándonos en partículas de memoria individual. Labios de cristal, tú, en tu panóptico refugio. Profanadora de sacramentos, yo y la ficción. Mudamos aquellas pieles la noche en que elegimos nacer, sobre nuestro espejo.
El Palacio de Cristal de El Retiro de Madrid, mudando su piel, de transparente a translúcida, por Kim Sooja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario