domingo, septiembre 21, 2008

robert me ha vuelto invisible

en la vereda, frente a la puerta del supermercado de ésas que te detectan y se corren solas, frené en seco: la muy zángana no me dejó avanzar. no se abrió y me obligó a repasar mentalmente las cosas que podían haberme convertido en invisible o, mejor dicho, en indetectable a ojos sensores. pensé en productos químicos, comidas, radiaciones... "ayer me hicieron una panorámica en el dentista", pensé... "estuve mal del estómago pero no tomé nada", "¿será la mylanta o el almax?"... finalmente, y aunque por aquí dicen que no hay que retroceder nunca, ni para "coger carrerilla", retrocedí un par de pasos, y la muy caprichosa se corrió. entré al supermercado y todavía me quedaba una puerta por sortear; es la que permite acceder a la zona de compra. de nuevo, el capricho, o la invisibilidad. de nuevo, retrocedo hasta que, tímidamente, la maldita se mueve hacia adentro... entro esquivándola, rapidito, no sea cosa que se arrepienta. el resto transcurre como siempre y regreso a casa. enciendo el televisor y en el informativo reseñan algo del festival de cine de san sebastián. entonces, una y otra vez, el primer plano de robert downey jr... cambio de canal para seguirlo, veo todos los informativos sólo por el primer plano de robert. y cada vez me erizo, y cada vez me emociono. y ahí caigo en la cuenta: soy invisible. de verdad soy invisible. sin retorno.

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