domingo, enero 07, 2007

folio 2006


¿Escribir sobre los salvajes sin pegar a traición? ¿Se pueden evitar los golpes bajos de los mexicanos de Babel? Quizá sea mejor recrear en palabras los matices de la astuta quena de Santaolalla en el desierto... ¿Se puede escribir, siquiera escribir, sobre los salvajes que vuelan un aeropuerto por la pureza de una "raza" de ceros negativos, otra, otra más? Camino entre escombros. Escucho cifras. Huelo humo de cables quemados y polvo de ladrillos reventados. Ya hemos visto 14 millones de veces a los encapuchados ahorcando al cómplice. La cabeza del cómplice y el nudo de la cuerda en un claroscuro digital con luz renacentista componen una escena que recuerda la de los sátiros de Rubens. Y hay más... hay otra estética del salvajismo en cada llaga que deja la "mano de obra" cien por cien argentina, mientras sigue generando plusvalor de crueldad. Impune, prepotente, como en el '76, como en el 2001. Otro secuestro. Llora Gerez. La llaga de Gerez. Es la imagen que sigue en nuestro martirologio de páginas infinitas. Folio 2006 del martirologio.
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Balas marcadas en el muro de los fusilamientos republicanos, según la fachada de San Felipe Neri, en Barcelona.

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