sábado, agosto 12, 2006

england/ te quiero


En un país en guerra, hay una feria de atracciones que ofrece artificios de cualquier época, cine que se dice del futuro y bufones que bailan con el pinchadiscos más freakie de la comarca. En un país en guerra, donde no hay papeleras en las calles, ni en los parques, ni en las estaciones (por si las bombas), sólo hay bolsas transparentes en los aviones.
En un país en guerra, donde nadie parece oler la guerra, nos amontonamos donde podemos, sudados, para beber una cerveza belga y olvidarnos de la guerra, de nuestra propia guerra, y de sus malditas revanchas.
Quizá el artificio de la feria de atracciones de un país en guerra, quizá la guerra, quizá la tarde, o la trapecista y su tristeza, o la máscara del monstruo de los tentáculos, o todo y la distancia, se te han anudado en la garganta.

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