miércoles, diciembre 12, 2012

'Lejos', textos recientes

Lejos es un conjunto de textos escritos entre 2011 y 2012. En septiembre de 2012, la Asociación de Escritores Noveles (con sede en Gijón, Asturias) resolvió otorgar el I Premio Bal Hotel de Poesía a Lejos de Analía Iglesias. Los textos publicados fueron prologados por el poeta Luis Luna:


El collage argentino, la poesía de Analía Iglesias
Escribir un prólogo como una lámpara de aceite en medio de tanta oscuridad, trazar un mapa apenas intuido o desvelado para un conjunto de textos que se encajan a través de una galería de espejos. Este es la propuesta que desde la AEN se me hizo con motivo de la publicación del libro ganador del primer premio de poesía BAL Hotel. Tal vez una trampa o un desafío propio de aquellos que se juegan la existencia en cada palabra. Este es, tal vez, el hilo que me une a las sílabas de la autora, la argentina Analía Iglesias.

Para internarse en el bosque encantado del lenguaje, como diría Valèry, los poetas deben conocer el ritmo, la imagen y la estructura que soportan el poema. Sin ese conocimiento podemos tener discursos fraccionados en frases, pero no poemas. Y estos tres aspectos los conoce y maneja con soltura la autora que nos ocupa. El ritmo cortado que domina estos textos refuerza la idea principal del conjunto, esa lejanía que se nos indica en el título. Esa lejanía, exilio o transterramiento es propia del poeta migrante, como se ha estudiado bien en el caso de los latinos en EEUU, y condiciona fuertemente su poesía. Para expresarla la autora ha trazado una partitura dislocada, que impide fuertemente la fluencia de los propios versos y nos sitúa como lectores ante un discurso entrecortado, como el de aquel que tiene dificultad para respirar. Se trata de lograr la empatía con un recurso que el supuesto versolibrismo de hoy suele olvidar. Ritmo pues trabajado con sentido, para expresar más, para que la palabra “diga” y no solo comunique.

La imagen es otro de esos puntales necesarios de los que venimos hablando y no hay duda de que estos textos nos provocan la sensación de habitar en un continuo poético donde el mundo re-creado es único y privativo, pero cercano. Esa cercanía viene dada porque la autora desparrama aquí y allá numerosas claves, o mejor, llaves para poder abrir las puertas de unas imágenes que de no ser así podrían resultarnos oscuras. Para reforzar estas imágenes se utiliza muy convenientemente el hipertexto, creando una red de sinapsis entre su poesía y la poesía de otros. Al mismo tiempo, se introducen referencias a acontecimientos sucedidos en la convención que llamamos realidad, de tal modo que logremos asideros seguros y reconocibles. Ese sujeto social, que se cruza con el poético, es importantísimo en momentos de crisis que provocan o sustentan la migración. Se trataría, casi con Rimbaud, de ir lanzando boyas en la travesía de un barco ebrio. Y es que ese barco ebrio no puede controlarse con facilidad por lo que al menos necesitamos marcas (cicatrices) para que el naufragio no se produzca antes de tiempo. Ahí entran en juego la argentinidad, el desgarro propio de quien ha visto su país humillado y pisoteado por la especulación y la estafa, y la técnica del collage que procura insertar distintos retazos (íntimos, sociales, históricos) en un mismo texto, de tal modo que se pueda observar un prisma, una representación de lo sumo a través de un objeto artístico, en consonancia con el Aleph de Borges. Por otra parte, si veíamos un ritmo cortado que amplificaba el sentido de cada sílaba, es conveniente hacer referencia a la dureza de las imágenes, asociadas a campos semánticos que tienen que ver con la herida, la violencia y la soledad.

El tercer puntal que hace fuerte a un poeta es su manejo de las estructuras poéticas. En tan breve poemario observamos sin duda un esbozo de estructura muy bien pergeñado que tiene que ver con el círculo y con la repetición, pero también con la apertura de significaciones que expresan las imágenes. Así los poemas oscilan entre la media distancia y la brevedad, dejando al contrapunto del blanco la posibilidad de silencio. Esto configura una geometría muy particular que construye un edificio casi piramidal con una gran cantidad de textos situados en la base y un solo poema en el vórtice que es, claramente, “el primer hombre”, texto que remite circularmente al inicio de la construcción de la pirámide.

Estamos pues, a tenor de todo lo dicho, ante una voz que sabe lo que hay que hacer y que está fabricando su cómo. Habrá que seguir escuchándola para desentrañar esa noche oscura en que se desarrollan sus textos.

                                                                                                                Luis Luna (octubre de 2012)

El libro está disponible en 24Symbols: http://www.24symbols.com/es/author/analia-iglesias?id=3531