lunes, abril 04, 2011

parir

Llueve mucho y me pongo los zapatos más sexies. Pero creo que no siento nada. Si acaso, curiosidad. Y vuelve a ocurrir: con vos soy un poco Courbet, un poco 'l'origine du monde'. Sin embargo, creo haber renunciado al pedestal de la sagrada concavidad. Y sangrada. Ni carne ni símbolo. No quiero parirte. Sí, sí, me encanta la escena, pero le recorto el metraje. Luego me levanto, me quito tus calcetines de cebra y me voy. Con tu libro de Julian Barnes y estos tacones para otros pies, a otra parte. Hasta la próxima lluvia. Bis dann, my litttle and tender berlin's soul.